Malcopadas

Por Silvia Marcet 
Mal-copadas, mal-atendidas, mal-llevadas y mal-traídas. Todos eufemismos de mujeres objeto. Y metáforas sexuales ofensivas. Malcogidas. Insatisfechas sexualmente. Violentadas en su cuerpo y sensibilidad. La sentencia está en el aire. De parte de mujeres y hombres escuché toda la vida expresiones que aluden a lo mismo: gata flora; si no te gusta es porque “ninguna” te viene bien; si te parece demasiado el aire acondicionado a 14 grados es porque te está haciendo falta un chabón o chabona que te haga entrar en calor; ¿Por qué tanta sonrisa/por qué tan flaca/ por qué tan linda/ por qué tan entusiasta… se nota que hay novio nuevo; si te dicen piropos es porque aún estás en carrera; bancate a los chicos si vos quisiste tenerlos; que pasó que estamos tan susceptibles... ¿Estás menstruando?

En el trabajo, en la casa, en la calle, en el boliche, con las mamás del Jardín de infantes ¡Entre las amigas! La cultura machista está también en nosotras. La tenemos adentro.

 La pregunta emerge: ¿Por qué estas imágenes siempre presentes a la hora de intentar persuadir a una mujer de hacer lo que otro u otra quiere? ¿Por qué esta alusión a la carencia, a la falta (freudiana y bien fálica por cierto), a la eterna necesidad de un varón proveedor? ¿Por qué el insulto objetivante? ¿Por qué nosotras mismas reproduciendo y creyendo que si no podemos elegir entre dos opciones es porque las hormonas nos juegan una mala pasada? ¿Y por qué no- por ejemplo- pensar que sencillamente esas opciones no son suficientes y necesitamos una tercera?

Mi hipótesis es: cultura, historia, hábitos, discursos hegemónicos, publicidad, fuerza bruta, falta de alternativas.

Costumbre.

Araceli Ramos, Serena Rodríguez, Noelia Akrap, Ángeles Rawson, Melina Romero, Daiana García. Tiradas a la basura, al costado de la ruta, en un descampado. Usan shorts, tienen novios, salen de noche. Las construyen poco a poco, como si fueran culpables, dice la escritora y periodista Gabriela Cabezón Cámara en una muy buena nota titulada “Basura” que publicó hace poco la revista digital Anfibia.

Es muy cierto lo que plantea Gabriela. Pero no coincido con todo. Los medios no son los únicos malos de la historia. Son una parte del problema.

Nafta mediática
Hace pocos días veía un programa de chimentos de la siesta. Una bailarina denunciaba a su ex marido, el ex guardaespaldas de Ricardo Fort, Dani “La Muerte”. Ya separados, él no la dejaba en paz. La había ahorcado, desmayado, marcado, acosado en cada lugar donde ella concurría y además tenía amenazada a su familia. El hombre tenía dos órdenes judiciales de restricción pero nada lo amedrenta. La mujer, con cara de espanto, se negó a detalles de lo que pensaba de la Policía y la Justicia. Admitió que buscaba protección haciéndose conocida en la TV.

Miedo.

Un panelista- varón- no pudo resistirse y con media sonrisa expresó: Vos sabías con quien te metías, sí que te gustó al principio esa cosa power que tiene. Claro que me hacía sentir protegida, pero no pensaba que me atacaría a mí, contestó la entrevistada. Ipso facto, otra panelista –mujer y bien siliconada- retrucó: “Decir eso es fatal, es empezar a acusar a la víctima”.

Prejuicio.

Un poco revuelto está todo, a decir verdad. La víctima de hoy no tuvo reparos con que la violencia se ejerciera hacia otros ayer. Pero no por eso es menos víctima. Doble juego, doble daño.

Rating.

“Comparada con la velocidad de la toma directa documental, la justicia es intolerablemente lenta (…) Los medios se colocan en el lado de las víctimas en el sentido de que ellas no están interesadas en la construcción de un caso judicial con todas las medidas procesales y probatorias para los presuntos delincuentes, sino que reclaman castigo directo y sumario”, explica Beatriz Sarlo en su libro Tiempo presente.  Así que podemos convenir con Jesús Martín Barbero en que los medios viven de los miedos. Pero, librados al caos de las corporaciones ¿no existen otros poderes capaces de socorrernos?

Acá nomás
En el año 2011 la Dirección de la Mujer de la provincia de San Juan reveló estadísticas alarmantes. Las mujeres más afectadas por la violencia viven en Rawson, Chimbas, Pocito y Capital. La violencia no sólo es física, el tratar a una persona de tonta o inservible, también es violencia. La última tendencia en modalidades de ataque contra una mujer es la económica y consiste en que “no se le permite tener un manejo Mujer-triste-del dinero familiar”, precisó Vanesa Pringles, Coordinadora del Centro de Tratamiento de Violencia Familiar.

En términos estadísticos, una mujer tiene 80% más probabilidades de morir en manos de alguien conocido, frente a un 20% de posibilidades de ser asesinada por extraños.  Los datos son oficiales.

Sin lugar para débiles
Hace algunos años, cuando trabajaba en un medio local me tocó entrevistar a mujeres golpeadas, robadas por sus ex parejas, amenazadas con ser dejadas sin comida o techo para ellas y sus hijos, usadas sexualmente, explotadas en todo sentido y definitivamente devastadas en su autoestima. Los muy bien preparados profesionales de las instituciones del Estado indicaban el recorrido a seguir por estas víctimas: ir a la Policía a hacer la exposición, a la Dirección de la Mujer a recibir ayuda de todo tipo (legal, psicológica, material). La clave es “empoderarlas”, me decían sicólogas y sociólogas, funcionarias. Pero a la hora de sostener todo esto por algo más de un par de meses, se derrumbaba el castillo de naipes. Nadie mantiene a la mujer y a sus hijos, los policías tratan mal a las denunciantes en las comisarías como pauta básica, las subsecretarías y direcciones gubernamentales no tienen cómo evitar que los maridos se acerquen al único local habilitado por el Estado para alojar a las mujeres y niños en riesgo por un par de meses (no mucho más). Eso en cuanto a lo que puede manejar el Poder Ejecutivo. Veamos qué pasa en el Legislativo y Judicial.

Es la economía, estúpido
En el año 2009  entre los dos Juzgados de Menores de San Juan se contaban 32.000 causas de divorcios que tenían como denominador la lucha por la cuota alimentaria.

Sólo el 15% de los padres paga voluntariamente. El resto se niega hasta ser obligado por una sentencia judicial. La ley provincial Nº 7.072  creó el “Registro de Deudores/ as alimentarios Morosos/ as” en el año 2001. Allí figuran quienes adeudan tres cuotas de alimentos consecutivas o cinco cuotas alternadas, fijadas por sentencia firme. Si bien esta base de datos estaba vigente ocho años antes, se hizo mucho más conocida gracias a la sanción del “Régimen Integral de Prevención y Sanción de la Violencia Familiar” (Ley  Nº 7.943), elaborada por la ex diputada provincial Clarisa Botto.

La abogada Patricia Sirera de Quinteros, asesora de Menores e Incapaces del Segundo Juzgado de Menores describía el panorama: “La realidad es que muchas madres no quieren realizar la denuncia por temor a quedarse sin sustento. Pero hay que aclarar que la cuota es un derecho intransferible e irrenunciable del niño, no de la mujer”.  Por su parte, el titular del Juzgado de Familia Nº 2 de primera instancia, juez Gustavo Almirón, explicaba que no sólo los matrimonios son fuente de procesos por alimentos, sino también las uniones de hecho.  Y allí la trama se complica aún más.

Alta suciedad
En el target ABC1 y volviendo al zapping, nos encontramos con la famosa abogada Ana Rosenfeld, quien amasó su celebridad ganando suculentos juicios de división de bienes para mujeres de la farándula. Wanda Nara, Susana Giménez, Karina Jelinek están entre sus selectas patrocinadas.  En una  entrevista, la abogada declaró: “Los errores que comete la Justicia tienen que ver, fundamentalmente, con la mentalidad y con el procedimiento. Las leyes están, lo que falla es el procedimiento. La Justicia es lenta, los juicios de alimentos son larguísimos. Tenés que recorrer Tribunales para garantizar derechos que deberían salir automáticamente. Nadie hace nada por el procedimiento, que es lo que está anquilosado y arcaico. Tenemos una Justicia lenta, con jueces que viven en una burbuja. Sus sueldos se acomodaron, pero lo que no se acomoda es su mentalidad a los efectos de fijar una cuota alimentaria acorde a la realidad, por ejemplo. A un juez le decís que embargue tal cosa porque esa persona es un testaferro, y el juez dice que no quiere afectar derechos de terceros. ¡Si yo te estoy demostrando que ese es un testaferro y que no tiene ni la mochila a su nombre! ¡Estás afectando el derecho más importante!”.

Tengo un caso puntual, cuenta en otra nota.  “Un millonario del rubro metalúrgico, líder en el mercado; tres chicos, 195 mil pesos de cuota provisoria. Hace tres meses que estoy intentando notificarlo. Su portero tiene orden de decir que no está. Entonces, le mandé el aviso de entrega… ¡pero con membrete de la joyería Cartier! ¡Y ahí lo recibió! El juez lo aceptó. En los countries hago lo mismo. Son ciudades amuralladas, es muy difícil notificar. Y los maridos de mayor poder adquisitivo son los más tacaños. Eso sigue. Hacen sentir a sus hijos su éxito, su poderío. Mientras están con ellos, le muestran su fortuna. Disney, avión privado, lo que quieran. Cuando les toca ir con la madre, nada. Así, la plata es una herramienta de psicopateo”.

Es una lástima que no todas podamos pagar a Rosenfeld. Por eso, aunque los medios tengan enorme responsabilidad en cargar contra las víctimas, es el Estado el que debe garantizar justicia, igualdad.

¿Cómo echarle la culpa solo a los medios comerciales cuando el propio Estado nacional posee cientos de medios propios además de fabulosas pautas y todo el aparato del poder para realizar campañas sostenidas en el tiempo?  ¿Se ha educado a los policías de todas las comisarías del país para que traten a las denunciantes como se merecen? ¿Se han realizado campañas educativas de género eficientes? ¿Se han modificado a favor de niños y mujeres las condiciones paupérrimas en los juzgados de familia del país? ¿Se han elegido jueces en los estrados provinciales, de acuerdo a las reglas? ¿O aún existen en estos feudos lo que llamamos “familias judiciales”? ¿Se busca arrinconar la Trata de personas en forma seria? ¿O solo se hace como qué, dejando pasar el caudaloso y corrupto río de la connivencia por el costado? Oscuro, silenciado.

Culpable.