desde Inglaterra
“Liberté, Égalité, Fraternité” ha sido el lema de la república desde tiempos de la revolución francesa y el reciente ataque a la libertad de expresión seguramente reforzará esos ideales y su defensa.
Roberto Ferraris, corresponsal de El País Diario en las marchas de París. |
Resulta conmovedor que Stephane Charbonnier, director jefe de Charlie Hebdo, también asesinado durante el ataque, dijo en el 2012 de frente a las amenazas que su trabajo no era defender la libertad de expresión sino ejercerla y que prefería “morir que vivir como una rata”. En la Argentina sabemos de muchos periodistas que perdieron la vida también por no callar tales como Cabezas, y Walsh además de otros tantos que han sido amenazados, incluso en San Juan tal como reportado precedentemente por El País Diario.
El elemento común que tienen estos casos es que el trabajo de los periodistas, caricaturistas o escritores ha minado de algún modo el poder que ejercen ciertas organizaciones o personas ya sea religiosas, mafiosas o políticas, particularmente intolerantes a quienes piensan diferente.
Una sociedad democrática no debe censurar ni la información ni el arte por amenazas sino que debe defenderla y resaltar el derecho a la libertad de expresión como elemento fundamental de la justicia. Globalmente, los casos de amenazas al derecho de la libertad de expresión no se limitan a grupos de fanáticos musulmanes que han renunciado a usar la razón, basta recordar por ejemplo:
-La amenaza de guerra de Kim Jong-un por la película “The Interview” que ridiculiza a este dictador de Corea del Norte (Por cierto la película ya gira por internet y es un poco cursi).
-La amenazas a los periodistas mexicanos por informar sobre la masacre de 42 estudiantes en Iguala por parte de una conjunción macabra de policía, narcotráfico y política.
-Los cristianos de la India quienes atacaron a quienes publicaron una caricatura de Jesus fumando y tomando cerveza.
En Francia también está amenazado de muerte y bajo custodia el escritor Michel Houellebecq quien relató en su novela “Soumission” (Sometimiento en francés, que es la traducción literal de Islam) una Francia del 2022 oscurantista, en donde el candidato a presidente del partido islámico le gana las elecciones la candidata ultraderechista Marine Le Pen. Hay quienes consideran a este escritor tan o más influyente que George Orwell. Casualmente la tapa de Charlie Hebdo del 7 de enero tenía un chiste relacionado con Houellebecq y su libro.
Los sucesos dejan en evidencia también falencias en la capacidad del estado francés en prevenir los ataques, proteger a quienes son amenazados y de integrar dentro de su sociedad a una minoría que puede ser fácilmente radicalizada. Las amenazas contra Charlie Hedbo comenzaron luego de la publicación de una caricatura en la que se mostraba Mahoma con un turbante explosivo, haciendo un vínculo entre fanáticos religiosos y violencia. Los hechos de París demuestran tristemente que Charlie tenía razón.