Organizaciones de deudores esperan un acuerdo con Argentina. Sin la cláusula RUFO, se abre una negociación. Los fondos buitre dicen que multiplicarán la presión. El resto del mundo espera algún movimiento del país y anticipa que habrá negociación. Mientras, el Gobierno depositará el viernes vencimientos de deuda en cuentas del Banco Nación. Será el tercer desembolso de deuda que quedará en Buenos Aires. El país insiste en que no está en default porque el dinero está a disposición de los bonistas.
El Gobierno depositará el viernes, la amortización correspondiente al pago de bonos Discount y Global 17 por u$s 539 millones en cuentas de Nación Fideicomisos, el agente fiduciario que el país fijó como reemplazo del Bank of New York luego de que el juez de Nueva York Thomas Griesa bloqueara los pagos de la deuda reestructurada. Otra vez, el Ejecutivo afirmará que "ya pagó" los vencimientos y los dejará a disposición de los bonistas que quieran cobrarlos en el país.
Como sucedió en dos ocasiones anteriores, el dinero quedará en el Banco Central, ya que las agencias que pueden entregar información sobre los bonistas para facilitar el giro de los pagos también están inhibidas de prestar colaboración por Griesa. La deuda en dólares emitida bajo ley local, que Griesa permitió pagar, se depositará en las cuentas de Citibank.
Los pagos quedarán en dos cuentas de Nación Fideicomisos, una en euros para la deuda de ley europea y otra en dólares para los bonos que se rigen por la norma de Nueva York. El Gobierno insiste en que Argentina no está en default porque pagó, pero analistas coinciden en que la violación unilateral de las condiciones de pago (que el país efectuó por ley) y la imposibilidad de los acreedores de cobrar constituyen cesación de pagos.
Será la tercera ocasión en que el Gobierno deposite vencimientos de deuda en Nación Fideicomisos. El mecanismo se inauguró el 30 de septiembre con el depósito de u$s 161 millones correspondientes al bono par. El 17 de octubre fueron allí u$s 42 millones del Global 17.
Pero será el primer pago de deuda que el Gobierno intente después de la caída de la cláusula RUFO, que impide al país hacer una oferta mejor a la del canje y cuyos efectos finalizan hoy. Fuentes oficiales afirmaron ayer que las condiciones de negociación con los fondos buitre no cambiarán. Argentina, por el momento, ofrece a los holdouts ingresar al canje de deuda, que implicaba una quita nominal del 70%. Los litigantes reclaman cobrar el 100% de la sentencia de u$s 1.330 millones más intereses (unos u$s 1.700 millones) y afirmaron que aceptarían cobrar en bonos, pero sin quita.
En los últimos días, los fondos buitre solicitaron a Griesa acelerar la incorporación a la sentencia, en calidad de "me too", de medio centenar de juicios por otros u$s 4.400 millones.
Defaulteada y todo, la deuda argentina terminó 2014 con un rendimiento en dólares del 17,6%, lo que representó más del doble del promedio de bonos soberanos de países en desarrollo, según JP Morgan. Fue, detrás de Turquía, el mejor rendimiento de deuda de mercados emergentes.