Ilustración: Manuel Abal. |
La convocatoria generó sorpresa. Los intendentes invitados a un asado en la Quinta de Olivos pero sin la Presidente de la Nación. Así fue como uno a uno, cuatro barones del conurbano bonaerense recibieron el llamado y la convocatoria. ¿El anfitrión? Máximo Kirchner. Esta cena-asado que se realizó en la quinta presidencial, se ejecutó un viernes a la noche, hace cuatro semanas y fue confirmada por dos integrantes de esa reducida lista de invitados. El intendente de Ituzaingó, Alberto Deslcalzo; el jefe comunal de Tres de Febrero, Hugo Curto; y sus pares de La Matanza, Fernando Espinoza y Avellaneda; Jorge Ferraresi, fueron los hombres del conurbano elegidos para estar ahí.
Cuando llegaron al quincho principal de Olivos, los estaban esperando Máximo, junto a los diputados nacionales; Eduardo "Wado" De Pedro; Andrés "El Cuervo" Larroque y el diputado provincial, José Ottavis. En el asado "bien regado", según contó uno de los asistentes, el hijo presidencial se dedicó a escuchar en boca de los intendentes cuáles son los problemas políticos de la provincia de Buenos Aires y se habló de la relación con el gobernador bonaerense, Daniel Scioli y de cómo frenar el crecimiento del candidato del Frente Renovador, Sergio Massa.
"En lugar de hablar de política, que era lo que Máximo quería, los intendentes sólo querían pedir fondos y obras. Así está el presente del PJ", explicó un diputado nacional. En el medio de la reunión, la sorpresa la dio la Presidente de la Nación, que pasó unos minutos a saludar a cada uno de los presentes. "Con Máximo está todo muy bien. No te puedo contar más, lo que si te digo es que además hubo otros encuentros privados mano a mano de él con cada uno de nosotros", aclaró a Infobae uno de los jefes del PJ que participó de la cena. Máximo le pidió a los intendentes "lealtad" y "jugar a fondo". También solicitó que se apoyen entre ellos y que respalden a los candidatos y gobernadores que pueden ganar en distritos que están en manos de la oposición.
Luego del saludo de Cristina, muy rápido y ejecutivo, el que se sumó al asado fue el ministro de Economía, Axel Kicillof. Él se encargó de hablar los últimos 20 minutos. Explicó su mirada económica y cuál es el panorama que se viene para el 2015. "Nos explicó que el año que viene la economía será distinta. Avisó que va a existir un acuerdo con los Fondos Buitres, que llegará financiamiento externo y que van haber obras para los intendentes, que de eso nos quedemos tranquilos", sostuvo uno de los cuatro barones que participó del asado. "Está convencido que al mejorar la economía, el escenario político cambia y con eso vamos a ganar las elecciones", agregó.
Según los distintos relatos, Máximo está dispuesto a ocupar el lugar que dejó su padre en términos de la relación entre los intendentes y el Ejecutivo nacional. "Quiere ser el interlocutor válido con su madre y así evitar que otros se lleven ese pergamino", sentenció un viejo operador del peronismo, con gran relación con la mesa chica de la Casa Rosada. Lo que viene dentro del kirchnerismo es la pelea por quién será el elegido para llevar adelante la representación de la continuidad del proyecto.
El relato de todos los testigos es contundente y el mensaje que se bajó en la Quinta de olivos fue uno: "El candidato va a ser Scioli pero no se la hagamos fácil". Esta frase tiene un significado: por ahora, las críticas y los codazos a la gestión sciolista continuarán hasta que arranque la última etapa de las definiciones de cara a la campaña presidencial. En este contexto aparece una nueva instancia que es la coexistencia entre el kirchnerismo duro y el armado "naranja" del sciolismo. La intención de La Campora es que el kirchnerismo ponga al vicepresidente, como ya se hizo en el 2011 con Gabriel Mariotto en la provincia de Buenos Aires. De la cena en la Quinta de Olivos, para los intendentes se puede desprender un mensaje: que la primera intención es que la fórmula sea Daniel Scioli-Axel Kiciloff. Al sciolismo la sola idea de esa dupla le genera dolores de cabeza por que creen que Kiciloff "es pianta votos". "Habló muy seguro, prácticamente siendo el vocero de las políticas de Presidencia. Máximo lo escuchó y apenas lo interrumpió", fue el relato sobre el cierre de Kiciloff en la residencia presidencial.
Lo que si se descartó es la posibilidad de un desembarco de Máximo en la provincia de Buenos Aires. "El quiere ser candidato en Río Gallegos y está construyendo mucho ahí. Le pide cosas a todos los ministros para poder bajar a Gallegos con soluciones y mostrando autonomía y gestión", agregan. El hijo de Néstor y Cristina prometió que no será el único asado y ya está armando una nueva lista de convocados: el "Mundial" de la política lo juega el año que viene y quiere saber con qué plantel cuenta. Los dados ya están girando.