Un grupo de contadores del empresario Lázaro El Guapo Báez se encargó durante años de la contabilidad de Hotesur. Mientras se ve envuelta en denuncias la presidenta contraataca demandando a los que la investigan.
Un grupo de contadores del empresario patagónico Lázaro Báez se encargó durante años de la contabilidad de Hotesur, la sociedad con que la familia presidencial Kirchner controla el hotel Alto Calafate, según surge de documentos internos del grupo Báez que consiguió el diario La Nación.
El control contable fue total y profundo. Desde 2009 manejó la facturación del Alto Calafate. También supervisó sus índices de ocupación y sus gastos operativos, a tal punto de conocer la cifra exacta y hasta en centavos, por ejemplo, de sus gastos declarados de telefonía, lavandería, desayuno, tintorería y health club, entre otros.
La operatoria la lideró un estrecho colaborador de Báez, César Gerardo Andrés, quien también supervisó la contabilidad de Austral Construcciones y del resto del grupo de empresas y sociedades del ex empleado del Banco de Santa Cruz, que durante más de un año y medio pagó más de 1100 habitaciones por mes en los hoteles de la familia presidencial sin usar esas reservas. Andrés actuó -y aún lo sigue haciendo- desde su oficina de la calle Libertad 141 de Río Gallegos. Andrés no fue el único lugarteniente del grupo Báez que se involucró en los registros de Hotesur y del Alto Calafate.
También lo hizo otro contador de extrema confianza del empresario, Daniel Pérez Gadín, quien antes de desembarcar en la financiera SGI de Federico Elaskar subió a Internet su propio currículum, en el que detalló entre sus "clientes" al hotel de lujo de los Kirchner.
Los voceros de Lázaro Báez declinaron hacer comentarios sobre la participación de sus asesores en la contabilidad de la empresa de la Presidenta. La simbiosis entre el Alto Calafate y Hotesur, de la familia presidencial, y el grupo Báez, llegó a niveles polémicos, al punto de que en los convenios que ofreció el hotel a sus clientes corporativos se remarcaba una frase -en negrita, subrayada y con las últimas palabras en mayúscula- que llevan a la confusión sobre qué es de quién.
"Les recordamos que Hotel Alto Calafate es una empresa del Grupo Valle Mitre", era la frase, según consta en el "convenio confidencial" y retroactivo cuya copia también obtuvo La Nación.
Pero esa afirmación contradice lo que declararon el fallecido ex presidente Néstor Kirchner y la actual mandataria Cristina Kirchner, al identificar ese hotel como propio ante la Oficina Anticorrupción (OA), y a Báez, que reconoció como suya a Valle Mitre, la firma gerenciadora del hotel.
Pero más allá de la propiedad real del Alto Calafate, ocho empresas de Báez firmaron esos contratos confidenciales y retroactivos. De ese modo, el ex empleado del Banco de Santa Cruz pagó millones por cientos de habitaciones en ese hotel.
Sin embargo, la operatoria no se agotó allí. Una novena empresa, Credisol SA, también vinculada a Báez y al financista Ernesto Clarens, también repitió la dinámica de pagar por reservas hoteleras sin utilizar.
Como supervisor final de toda esa operatoria alrededor de Hotesur quedó Andrés, un contador de 42 años que también figura en los registros en tres sociedades: Enficom, Consultora Magma y Cristina SA, creada para negocios del rubro automotor.
Las relaciones cruzadas se multiplican. Porque en Enficom SA y en Cristina SA, Andrés aparece junto a Alejandro Fermín Ruiz, quien integra el directorio del diario Prensa Libre, de Báez, y el último directorio que se conoce de Hotesur, de noviembre de 2008. Allí figuró junto a Osvaldo Sanfelice y Romina Mercado, socio y prima de Máximo Kirchner, respectivamente (ver página 15).
Desde su oficina de la calle Libertad -un edificio gris, de fachada deslucida y sin cartel identificatorio alguno, pero con varias cámaras de seguridad que enfocan hacia los transeúntes-, a Andrés le respondían dos contadores para las cuentas de Hotesur: Guillermo Castillo y Fernando Neira.
El primero trabajó como contador "senior" en Austral Construcciones, para luego asumir como gerente de manera simultánea en Austral Desarrollos Inmobiliarios y Austral Agro. También fue tesorero del Club Boca de Río Gallegos. Pero ya no trabaja para Báez.
El segundo, Neira, comenzó en otra conocida constructora patagónica: Gotti SA. Pero luego se mudó a Austral Construcciones. Con un paso previo por Bolívar, el contador pasó unos años en Río Gallegos, pero ahora mantiene un pie en las oficinas porteñas de Báez, en el Pasaje Carabelas.
Ambos contadores, Castillo y Neira, se encargaron de los números de Hotesur y de Valle Mitre, según reconstruyó el diario nacional, y reportaban a Andrés, quien tomaba las decisiones finales en comunicación con Báez.
Cristina La Muchacha Progre Contraataca
La presidenta Cristina Kirchner está preocupada por defenderse de las investigaciones del juez federal Claudio Bonadio sobre su empresa Hotesur SA, que rozan a ella y a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner. Ordenó, así, denunciar a todos los que investigan a sus empresas, con el propósito de diluir la atención sobre su hotel cuestionado y generar sospechas sobre sus denunciantes, la oposición y los bancos.
"La estrategia es distraer con varias denuncias simultáneas e igualar a todos. Si hay un elefante sobre la calle, lo mejor para que no llame la atención es poner cien elefantes. La idea es tender un manto de sospechas general y politizar todo", dijo un alto funcionario cuyo nombre no fue revelado.
La contraofensiva abrió varios frentes en pocas horas: Cristina acusó públicamente a Bonadio de no presentar balances en la IGJ de una empresa familiar, al igual que Hotesur; el senador Marcelo Fuentes (PJ) lo denunció penalmente.
Luego, la AFIP denunció al banco HSBC por 4040 cuentas secretas en Suiza; el abogado Santiago Mansilla acusó a la diputada del GEN, Margarita Stolbizer, la denunciante, por enriquecimeinto ilícito. Y la diputada Andrea García (PJ) acusó de varios delitos a la testigo Silvina Martínez, ex directora del Registro de Sociedades de la IGJ.
Es la primera vez que Cristina y su familia son investigados por supuestas irregularidades de una de sus empresas, Hotesur SA, y que un juez investiga el patrimonio de ella y sus hijos para determinar si pudo incurrir en lavado de dinero.