Por Marcelo Arancibia
Partido Gen - Unen
El videojuego "Destiny", desarrollado por la empresa "Bungie Studios", considerado el que tiene el desarrollo más caro de la historia, facturó 500 millones de dólares en ventas de copias a tiendas durante el primer día de disponibilidad.
Sin embargo a "Destiny" no le alcanzó para superar en preventa al "Grand Theft Auto V", desarrollado por "RockStars Games", quien en su primer día de disponibilidad en tiendas recaudó 800 millones de dólares.
El Estado de San Juan viene recaudando anualmente unos 18 millones de dólares blue ($14 x U$S) en concepto de regalías mineras por sus tres emprendimiento mineros a cielo abierto (Veladero, Casposo y Galcamayo).
Para igualar las preventas que los videojuegos "Destiny" y "Grand Theft Auto V" lograron en un solo día, a San Juan le llevaría 28 y 57 años respectivamente de recaudación de regalías por explotación de la mega minería.
¿Y si en vez de promover la "gruyerisación" de la cordillera, invertimos en recursos humanos, y nos integramos al mercado mundial por productividad y conocimiento, y no como mero proveedor de materias primas?
Las ventajas de la industrial del conocimiento respecto al extractivismo se proyecta también en el campo del trabajo. "Bungie Studios" emplea en su sede central a 163 personas, mientras que la división Vancouver de "RockStars Games", a 73. Según la declaración de impacto ambiental de la consultora "Propipe" para "Coro Mining" el proyecto mega minero biprovincial "San Jorge", emplearía entre 191 y 216 trabajadores, 91 en Mendoza (en la mina propiamente dicha) y 100 a 115 en San Juan (planta de lixiviación y mantenimiento).
Este debate, democracia republicana sustentada en la economía del conocimiento, versus democracia populista sustentada en la economía extractivista, está ausente en la argentina, pero no en el Brasil.
Los fenómenos políticos en Sudamérica no son aislados, repercuten en sus matrices ideológicas y estructuras económicas. En los noventa, el neoliberalismo inaugurado por Menem se proyectó con sus matices en el Perú de Fujimori, en el Brasil de Collor de Melo de Brasil, etc. Y en la primera década del siglo XXI, el populismo extractivista chavista, se proyectó también con sus matices en el Brasil de Lula da Silva, en la Argentina de los Kirchner, etc.
Brasil es hoy el laboratorio de una nueva matriz ideológica en Sudamérica, cuyo resultado definirá un nuevo perfil económico y productivo. La ex ministro de medioambiente de Lula da Silva, Marina Silva, está a punto de vencer a la actual presidente y ex ministro de energía y minería de Lula da Silva, Dilma Rousseff. A diferencia de Argentina, donde la política es un tema meramente "táctico"; en Brasil la candidata opositora Marina Silva propone dar por superada la etapa de crecimiento promovido por la exportación de materias primas, ya que la inestabilidad de los precios de las commodities y sus consecuencias ambientales e Instituciones, no garantizan ni el crecimiento, ni el desarrollo humano, ni la calidad republicana del Brasil; y en su lugar propone su modernización, integrándolo al mercado mundial, que compite por productividad, apuntalado en la educación y el conocimiento.
Mientras que en Brasil se discute el futuro de Sudamérica, Gioja en San Juan nos conduce al siglo XX. Así, en vez de invertir en el futuro, mejorando la educación en general y financiando el conocimiento a través de la promoción de las ciencias duras y prácticas, nos propone comprar en 132 millones de euros una fábrica de paneles solares llave en mano, donde en know how (el conocimiento) es Alemán, no Argentino.
132 millones de euros de endeudamiento por una fábrica comprada en el exterior es un despropósito, una insesatez por donde se lo mire. Mientras el Gobernador divaga en su megalomanía con plata ajena (recursos públicos de varias generaciones) en el Barrio porteño de Palermo, la empresa Argentina "Semtive" desarrolla una turbina eólica de eje vertical para uso urbano. Son pequeñas columnas que se pueden colocar en una terraza o, incluso en un balcón, y producir electricidad con la fuerza del viento para acumularla en unas baterías que podrían suplir el consumo eléctrico de una vivienda. La misma empresa "made in argentina" tiene también patentada unas columnas de alumbrado público con iluminación led alimentada por una turbina aeólica y un panel solar. Lamentablemente los emprendedores argentinos venderán sus inventos en Alemania, sencillamente porque al imperar en el País una política populista de subsidio a las energías convencionales (petróleo, gas, nuclear, hidráulica) el desarrollo de las no convencionales (eólica, solar, biocombustibles, etc.) resultan inviables en su ecuación económica financiera.
Gioja, miente cuando anuncia la inminente llegada de la fábrica alemana de paneles solares. Lo hace a sabiendas de que el País no recibirá financiación externa y porque la política nacional de subsidios a la energía no renovables tornan inviable a las renovables.
¿Y si en vez de comprar llave en mano una fábrica de paneles solares, destinamos esos 132 millones de euros para convocar a los sanjuaninos a fundar las bases de la industria del conocimiento?
Para ello habría que cambiar el eje del debate en San Juan, y animarse a convivir en una sociedad abierta, dinámica, libre y apegada a la Ley; que salga del clima palaciego de los "zorros y perros guardianes" planteada por el Gobernador Gioja para justificar su perpetuación en el poder.
A un año de las elecciones para renovar autoridades en San Juan, ¿quienes se animarán a tomar las banderas que Marina Silva ha plantado en Brasil, la que mas allá de su éxito electoral, están llamadas a flamear en el horizonte político de Sudamérica en la próxima década: democracia constitucional, sociedad del conocimiento, respeto al medioambiente y a los derechos humanos.