Pagar o no pagar, thatisthequestion

Por Federico Agüero 
Los argentinos escuchamos en forma permanente las palabras "deuda externa" y, espasmódicamente nos asustamos con el vocablo default- neologismo de origen inglés que significa suspensión de pagos por parte de un país soberano-; pero sumergidos en la cotidianeidad no nos detenemos a reflexionar que significan. No obstante, por otro lado, los gobiernos y los economistas de las grandes empresas que manejan los contenidos de la discusión los utilizan para favorecer sus intereses sectoriales, provocando miedo en el pueblo para, de esta manera seguir lucrando a costa de sus ingresos. Desde los distintos sectores nos bombardean con discursos y eslóganes publicitarios pero ninguno dice la verdad sobre la deuda externa.

Por el lado del gobierno la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner nos dice enfáticamente: "Más que deudores recalcitrantes, somos pagadores seriales"; y agrega "Se podría ubicar a la Argentina como un caso del premio Guinness de países que más hemos pagado y cumplido con nuestras obligaciones en los últimos 10 años, sin acceso al mercado de capitales”.

La publicidad oficial al respecto precisa: durante 2003, el gobierno de Néstor Kirchner logró negociar una reprogramación de las obligaciones con los organismos financieros multilaterales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y otros menores)Para octubre de 2012, precisa que ya se habían pagado más de 270.000 millones de dólares, reduciéndose el peso de la deuda externa del 153.6% al 34.7% del PBI. Y agrega: que en el primer trimestre de 2013 la deuda cayó 2.159 millones de dólares, bajando hasta U$S 139.137 millones.  Y que en mayo 2014 se logró cerrar el acuerdo para salir del default con el Club de París por 9500 millones de dólares.

Pero según el Banco Central de la República Argentina las estadísticas de la deuda pública y privada han crecido en más de 300.000 millones de dólares en 40 años (1973-2013) (Ver cuadro) O sea aumento a un promedio de 7.500 millones por años. Con esa suma se podría construir un ‘Lama-Pascua’ por año, con todas sus implicancias benéficas para el país.

El relato kirchnerista retruca diciendo que si bien la deuda creció, también ha crecido el PBI del país, de tal manera que el peso porcentual de la misma disminuyó, lo cual es considerado como una conquista épica.

Este relato más que vinculado a una gesta heroica hay que relacionarlo con la desgracia de Sísifo, personaje de la mitología griega condenado a subir una roca a una montaña pero al llegar a la cima esta volvía al comienzo, entonces debía repetir ese trabajo por la eternidad. La roca que carga el pueblo argentino es la deuda, que nos condena a trabajar más para poder pagar, siempre más, a la usura internacional y nacional.

Si somos uno de los países que más hemos pagado y cumplido con nuestras obligaciones en los últimos 10 años, sin acceso al mercado de capitales como dice la Presidente ¿de dónde salió el dinero para pagar? Según el diputado Eric Calcagno, el 52,5% de la deuda argentina está manos de entidades como el BCRA, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y el Banco de la Nación. Esta es una particularidad de la actual deuda argentina, ahora el grueso de los acreedores son las propias agencias públicas del Estado y ya no los organismos multilaterales y el sector privado.

En tanto, el 10,4% pertenece a organismos internacionales, como el Banco Mundial, y el 3,7% al Club de París. El 33,4% restante es del sector privado.
Por este motivo, y para que quede claro, el ‘Sísifo’ de la tragedia argentina son los trabajadores y los jubilados que ven disminuidos sus ingresos, la producción nacional que no recibe inversiones públicas, la salud, la educación, la seguridad, etc.

Holdouts
Un hecho más reciente sobre la deuda y que ha concitado mucho la atención por el manejo publicitario que se le ha dado, es el problema generado por los holdouts (bonistas que quedaron fuera del canje de deuda que se hizo en el 2005 y el 2010). Estos fondos especulativos -NML Capital, Aurelius Capital y algunos bonistas individuales-, le han ganado al gobierno argentino un juicio por más de 1300 millones de dólares, y en el caso de no hacerse efectivo ese importe hasta el 30 de julio, las cuentas del país caerían en cesación de pago (default). El gobierno está dispuesto a pagar pero con ciertas condiciones que tengan en cuenta la cláusula Rufo  (derechos sobre futuras ofertas), que vence en diciembre de 2014. Alrededor de este hecho el gobierno trata de unificar al conjunto de la sociedad con la consigna "Patria o Buitres" en un intento de oculta los verdaderos problemas que afectan al pueblo como son la inflación, la recesión económica, la desocupación y la pobreza creciente; además de la corrupción y problemas institucionales que lo carcomen. A la misma vez que genera miedo en sectores de pueblo excluidos del trabajo, que cobran un plan o son pensionados, ante la posibilidad de que les de baja en su beneficio, ya que muchos de estos subsidios se realizan con fondos del Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo.

Los políticos de la oposición, a la vez que critican al gobierno por el mal manejo que ha realizado de la deuda externa, aconsejan pagar a los “fondos buitres”, para que Cristina cargue con el costo político de ese despropósito, total el kirchnerismo es un gobierno que “ya fue”.

Los economista ‘liberales’ de los partidos de la ‘oposición’, vinculados a grandes corporaciones multinacionales, que en su mayoría fue parte de la primera etapa kirchnerista, en la cual se negoció de la deuda, nos auguran el apocalipsis si no les pagamos. Según ellos nos hundiríamos en el inframundo, desapareceríamos de la economía mundial y borraríamos con el codo los excelentes deberes que hicimos al pagar al Ciadi  (es una institución del Banco Mundial con sede en Washington), Repsol, el club de París, la negociación (entrega) de ‘Vaca Muerta’ a Chevron, etc.

Hay incertidumbre en el seno del pueblo sobre la deuda y, más precisamente, alrededor de la discusión sobre los holdouts ¿Qué pasa si no pagamos? ¿Si denunciamos la deuda? ¿Si se investiga cuál e legitima y cual no? ¿Si privilegiamos pagar deuda para que no se caigan los planes trabajar? O ¿Si no pagamos la deuda externa ilegítima con el hambre del pueblo?

Esta contradicción es aprovechada por el gobierno nacional y de las provincias para posponer cualquier reclamo de los sectores populares, de los trabajadores y de la producción nacional. Y también por los sectores de las clases dominantes que se expresan en interna del Fpv y en los partidos de la oposición, que apoyan el pago de la deuda, (Massa, F. Renovador; Macri, Pro; Frente Amplio Unen; etc.) para llevar ‘aguas a su molino’ electoral.

Para dar un respuesta a estos interrogantes del pueblo es necesario conocer la naturaleza de la deuda externa y su relación con el hecho de ser la argentina un país dependiente y oprimido por el imperialismo y la existencia del capital interno vinculado al mismo. ¿Es la deuda Externa la principal restricción al crecimiento de nuestro país? Desde esta perspectiva, se entiende que la principal restricción al crecimiento de nuestro país se generaría a partir de la relación perversa que se establece entre acreedores y deudores, en tanto el pago de los intereses y el capital a los acreedores externos provoca una pérdida de recursos internos de tal magnitud que el deterioro del crecimiento y la regresividad distributiva son fenómenos inevitables.