Según informó diario Perfil de este domingo, la distancia entre los tres primeros se acorta. El oficialismo pierde en todo escenario. Atrás vienen resagados el radical Julio Cobos; el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota; y el líder del Partido Obrero, Jorge Altamira.
Si las elecciones a presidente fueran hoy, el diputado del Frente Renovador, Sergio Massa, ganaría la primera vuelta, aunque tendría que enfrentar un ballottage. Así lo indica una encuesta exclusiva de González/Valladares/MGMR para diario Perfil. La sorpresa principal del relevamiento aparece en el segundo puesto. Aunque el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, se mantiene como escolta, en un empate técnico asoma el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
Según la consultora González/Valladares/MGMR, si hoy fuesen las elecciones, el electorado votaría así:
- Sergio Mantequita Massa mide un 28,6%
- Daniel Paz and Love Scioli da un 23,9%
- Mauricio El Nene Bien Macri tiene 23,4%
- Julio Lealtad Cobos rezagado con 17,3%
El dato más relevante de la encuesta es el crecimiento de Macri. Mientras que Scioli ostenta un 23,9% de intención de voto, el jefe de Gobierno llega a un 23,4%. Su alza en los sondeos no sólo tiene que ver con su gestión en la Ciudad y con la propaganda macrista, sino también con una ayuda del Gobierno nacional, que lo pone como el rival a vencer y lo hace participar de actos con la presidenta Cristina Kirchner.
La tabla de candidatos que se toma en cuenta para esta nota es la de los ganadores de una eventual primaria abierta (PASO), por eso no aparecen otros candidatos kirchneristas ni de la oposición, ya que Scioli ganaría la compulsa oficialista y Cobos la de Unen.
Un dato: el sondeo demuestra que dentro de la interna oficialista, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, tiene aptitudes casi similares a Scioli para ganarla. Randazzo viene en franco crecimiento utilizando como plataforma electoral su gestión para modificar el
sistema ferroviario, con el respaldo de la presidenta Cristina Kirchner. En su entorno se ilusionan con que la jefa de Estado baje a los otros precandidatos y lo deje competir solo con Scioli, en una muestra de apoyo, para cautivar a los fieles seguidores del Frente para la Victoria, ya que cree que da la imagen de ser del riñón K a diferencia del gobernador.
En marzo de este año, Macri apenas llegaba al 16,5%. En los meses siguientes, su imagen fue subiendo, hasta llegar a un empate técnico con Scioli. El gobernador ahora tiene una doble preocupación: ganar la interna K y dejar atrás al jefe de Gobierno porteño.
Tanto Massa como Scioli han demostrado en los últimos meses una leve caída en su intención de voto. El diputado del Frente Renovador había arrancado con todo con su campaña en contra del Código Penal, que cosechó mucho apoyo de la sociedad, a tal punto que logró que el debate dentro del oficialismo se paralizara. Pero luego se estancó. El deslizamiento no fue brusco, pero perdió un par de puntos necesarios en una competencia muy reñida. Ahora, Massa está enfrascado en un debate sobre quién será su candidato a gobernador, mientras habla sobre cómo solucionar los problemas de la Argentina, como la inflación y la pelea con los Fondos Buitre.
La estrategia del gobernador. Scioli acaba de lanzar su candidatura. Le manifestó públicamente a PERFIL en su edición de ayer su intención de suceder a Cristina Kirchner. En ese diálogo, también criticó la gestión de Mauricio Macri, consciente, quizás, de que el jefe de Gobierno porteño se le acerca y mucho en los sondeos. Aunque no está claro si la estrategia de Scioli será polarizar con Macri o con Massa.
Pese a la leve caída, Massa mantiene su liderazgo, después de haberle ganado en octubre del año pasado las elecciones al Frente para la Victoria. Su rival de entonces, Martín Insaurralde, ya decidió su paso al massismo, después de haberse sentido “despreciado” por el kirchnerismo.
Pero su llegada al massismo genera conflicto con otros integrantes del Frente Renovador, ya que Insaurralde apuesta a la Gobernación, al igual que Darío Giustozzi y Felipe Solá –que ayer lanzó su candidatura–.
En la Casa Rosada apuestan a que el candidato que surja de la interna gane en primera vuelta porque, dicen, no tendrán chances en un eventual ballottage. Las encuestas que manejan en el Gobierno indican que el 50% de la gente no quiere votar otra vez a un kirchnerista para la presidencia. Es la masa de votantes que se inclina a favor de un cambio de ciclo.