Se achicó el margen de maniobra que antes manejaba Argentina para resolver el curso de su deuda en cesación de pago, sobre todo, luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos decidiera rechazar el análisis de la causa que le país mantiene con los fondos buitre.
El golpe de gracia fue la decisión de la justicia de Nueva York de levantar la medida cautelar que impedía el embargo de activos argentinos como forma de cobro de los litigantes. Esta medida acotó los tiempos de respuesta del país y aumentó los riesgos financieros: el próximo 30 de junio el Gobierno pagaría un servicio de interés de unos 300 millones de dólares que, si es retenido, pondría en default técnico.
Para el economista Esteban Domecq, director de la consultora Invecq , el mejor escenario posible en una alternativa negociada que no incluya pagos al contado. De acuerdo con su análisis, estos son los escenarios que enfrenta el país y sus posible derivaciones:
Posibilidad 1: Argentina acata el fallo y negocia
Los 1300 millones que el Estado Nacional debe pagar a los fondos buitres que litigaron en el juzgado de Thomas Griesa no son más que la punta del iceberg de 15.000 millones que reclaman los otros holdouts, pero que aún no iniciaron una acción legal. Es decir, el modo en que se resuelva el pago de este juicio puntual afectará a las consecuencias sobre el resto.
Si los representantes del Gobierno argentino conducen una negociación pública y voluntaria con los fondos buitre en el juzgado dispararía la clásula RUFO (Rights Upon Future Offers) de los canjes de deuda, por la cual el país no puede ofrecer a otros tenedores mejores condiciones de pago que a quienes aceptaron reestructurar la deuda.
El timing del desenlace de los hechos le jugó una mala pasada al país. La cláusula RUFO vence el 31 de diciembre de 2014. El mayor apuro está dado por el pago de deuda en Nueva York que realizará el Estado el próximo 30 de junio y estaría sujeto a embargo.
Consistiría en una negociación privada y por fuera de los tribunales con los acreedores a la cual el país se vería obligado a asistir por obligación de una Corte extranjera. Existe la posibilidad de que esta alternativa no active la RUFO, dado que el país se prestaría de modo compulsivo (en vez de voluntario).
"La habilidad de negociación es lo que determinará que Argentina evite el default. Si el país paga al contado los U$S 1300 millones, los otros U$S 15.000 millones pedirán lo mismo y en estos momentos no hay fondos para afronta esa situación. La mejor alternativa es sería un acuerdo de pagos que implique parte de efectivo, plazos e intereses", opina Domecq.
Posibilidad 2: Argentina no acata el fallo
Si Argentina desoye la sentencia de pago a los fondos buitre y el 30 de junio efectúa el pago de 300 millones de dólares en Nueva York estos fondos podrían ser embargados judicialmente y ocurriría el default técnico.
El Gobierno puede promover un "cambio de legislación" para todos los bonos que se deben pagar en el exterior. Esto quiere decir cambiar el lugar de pago, pasarlo de Nueva York a Buenos Aires, por ejemplo. Si existiera un "canje" de este tipo debería tener una aceptación mínima del 85% para que sea de aceptación compulsiva por la totalidad de los tenedores.
Para Domecq "hacer caer el canje por incumplimiento de la RUFO, un default técnico o un cambio de legislación afecta notablemente la posición Argentina en los mercados de deuda. Virtualmente el país podría quedar por completo afuera de los mercados internacionales, con las consecuencias que esto implica".