Agentes civiles de 14 estados de Brasil, seis de ellos sedes de la Copa del Mundo, convocaron a un cese de actividades para este miércoles 21 de mayo. El gobierno de Dilma Rousseff cataloga de ilegales las medidas de fuerza. Siguen las protestas a días de comenzar el mundial.
En algunos estados, la paralización podría alcanzar hasta el 70% de la fuerza de este cuerpo policial, responsable de la investigación de delitos penales. Entre los más afectados por la medida se encuentran Río de Janeiro, San Pablo, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco y Amazonas. Todos ellos cobijarán seleccionados mundialistas. También se paralizarán en los estados de Alagoas, Espírito Santo, Mato Grosso do Sul, Pará, Paraíba, Rondonia, Santa Catarina y Tocantins.
Al acercarse el Mundial y las elecciones generales de octubre, la situación en Brasil es propicia para el estallido de huelgas sectoriales y protestas sociales. La policía militar, responsable del orden público, no tiene previsto, por ahora, un cese de actividades.
La semana pasada, una ola de saqueos y destrozos en supermercados sacudió Recife (Pernambuco, noreste), después de una huelga parcial de la policía regional en esta ciudad sede de la Copa.
La Policía Federal -que entre sus funciones tiene el control de pasaportes en las fronteras- también anunció movilizaciones por una "reestructuración" del organismo, pero descartó de momento una huelga. "No queremos perjudicar a la población" con un paro, dijo a la AFP Jose Nedel Fagundes, director de estrategia sindical de este cuerpo.
El ministro de Justicia, Jose Eduardo Cardozo, sostiene que las huelgas policiales "son ilegales e inconstitucionales". Para el funcionario de Dilma Rousseff, los policías que "juraron respetar su nación no deberían exponer a su país a una situación inaceptable delante del mundo".