La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio hoy un discurso con un fuerte contenido político y religioso en el marco de los festejos por el 204° aniversario de la Revolución de Mayo. “Me duele como argentina cuando nos critican porque le damos algo a los pobres, a los negros o a algún hijo de inmigrantes”, afirmó la mandataria. En cadena nacional, manifestó que “hay que apelar al amor, al amor por el otro, el que dice que ama a Dios y no se ocupa del prójimo es mentiroso”. En ese sentido, manifestó que “el amor es fundamentalmente ocuparse del otro”.
"Quiero hacer hincapié en esta palabra, revolución y de mayo, porque cuando recordamos el 25 de mayo solo lo hacemos recordando al puñado de patriotas, pero nos olvidamos del pueblo, porque el esfuerzo de un puñado de hombres no puede construir una nación, sólo lo hacen acompañado por el pueblo", dijo.
Cristina habló de estar frente a una “oportunidad histórica” que algunos quieren “boicotear y sembrar cizaña”, en referencia a su proyecto político, que pidió continuar. "Algunos quieren dividir y enfrentar, no cuenten conmigo, voy a seguir trabajando como siempre lo he hecho, por las ideas que creo, con la fuerza de mis convicciones, pero también les pido, como lo hicimos en la oración hoy por la mañana, que nos angustien más a los argentinos, que ayuden a construir esperanzas, que no asusten más a los argentinos, que ayuden a generar fe en el país y en las oportunidades que tenemos”, expresó.
“Hemos hecho mucho pero necesitamos hacer mucho más, y para ello necesitamos de argentinos y argentinas convencidos”, agregó la mandataria, que inclusive pidió disculpas: "Si a alguno le ofende mi estilo y mi forma de hablar, le pido perdón", sentenció antes de ponerse a bailar en Plaza de Mayo en medio del show de fuegos artificiales, con una paraguas de Unidos y Organizados.
El peor alumno
A Boudou lo mandaron a la última fila, al lado del “gaucho” Ottavis. Golpeado y en problemas con la Justicia, al vicepresidente Amado Boudou el gobierno de Cristina Kirchner prefiere mantenerlo a distancia de la figura presidencial, tal cual viene ocurriendo en los últimos tiempos. En el acto del 25 de mayo, y mientras la mandataria daba su discurso por la fiesta patria, al investigado funcionario lo mandaron a la última fila junto a un José María Ottavis “lookeado” cual gaucho pampeano. El drama de Amado Honesty Boudou es que metió la mano y lo pillaron.