Por E. Simón
Ilustración: Manuel Abal
Debemos estar atentos a lo que informe el ministro de Economía, La Joven Guardia Kicillof. ¿Por qué? Porque la dedua con el Club de París era de 6.500 millones de dólares y ahora pactaron pagar 9.700 millones de dólares. La deberá pagar el gobierno que asuma en 2015. Cómo se originó durante gobiernos militares que carecen de legitimidad institucional.
Tras el derrocamiento del Pocho Perón, en 1955, el nuevo gobierno ilegítimo militar encabezado por el general Pedro Eugenio Aramburu, intentó reactivar el flujo de comercio. Por eso rapiñó un nuevo préstamo externo destinado a financiar importaciones desde Europa. Así se contrata con varios bancos europeos un crédito de 700 millones de dólares que, se suponía, podría ser amortizado en el transcurso de un año. Pronto resultó evidente que era imposible para el gobierno cancelar en un plazo tan corto el préstamo. Ante esa situación, el ministro de Finanzas francés invitó a los 11 países acreedores de la Argentina a reunirse en París para analizar la refinanciación de la deuda externa. Dicha reunión se realizó entre el 14 y el 16 de mayo de 1956.
De esta reunión surgió lo que sería conocido como el Club de París, un foro informal de acreedores oficiales y países deudores. Su función primordial sería la de coordinar formas de pago y renegociación de deudas externas de los países e instituciones de préstamo. Desde su creación, en 1956, hasta 2009, El Club de París efectuó 408 acuerdos con 86 países deudores. Este foro informal de acreedores y deudores surgió tras una reunión entre gobiernos con los que el Estado argentino había contraído deuda: en conjunto acordaron renegociar un débito que entonces era de unos U$S 700 millones.
El club está integrado por 19 naciones: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Suecia, Suiza y Reino Unido.
Gran parte de los compromisos financieros se tomó durante la dictadura militar por lo tanto no es un compromiso tomado en la plena voluntad democrática del pueblo argentino.
Sí está claro que el déficit se multiplicó bajo la administración de distintos gobiernos democráticos. El Estado nacional logró avances en renegociaciones realizadas en 1962, 1965, 1985, 1987, 1989, 1991 y 1992, pero cayó nuevamente en incumplimiento como consecuencia de la crisis de 2001, cuando bajo la fugaz presidencia de Adolfo Rodríguez Saá el país declaró el cese de pagos de la deuda externa aplaudido por todo el Congreso Nacional. Esa decisión implicó que se dejara de pagarle también al Club de París: en 2001, Argentina le debía a ese organismo internacional unos U$S 1.879 millones que se multiplicaron rápidamente por los intereses y la revaluación de las monedas internacionales. En pocos años, el pasivo llegó a U$S 6.450 millones.
En diciembre de 2008 el gobierno de Cristina La Muchacha Progre Kirchner anunció que cancelaría su deuda con ese foro de acreedores con fondos que saldrían de las reservas del Banco Central. Sin embargo, la crisis mundial que se desató ese mismo año provocó un cambio de planes y dejó vigente la deuda: al 30 de abril último, Argentina debía 9.700 millones de dólares.
El foro se reúne en París unas diez veces al año y es coordinado por representantes de Francia: hubo más de 400 acuerdos con 86 países deudores, entre los que se encuentran Brasil, Perú y México.