Según revista Fortuna, febrero será el mes más caliente desde la devaluación de 2002. El salto del dólar y de las tasas de interés se traslada a los compradores.
Desde la devaluación de 2002 ningún febrero tuvo una suba tan alta en la tasa de inflación como la que cerrará este mes. Será mayor a la de enero pasado y podría superar el 5%. Un porcentaje “muy fuerte” para un mes que por cuestiones estacionales registra alzas leves. Confirmará que la expansión de los precios se acelera: su inercia dejará un piso alto para marzo, que suele ser caliente y se proyectará sin frenos al menos hasta mitad de año, a menos que un plan integral la mitigue.
Consultados seis economistas jefes de distintos estudios cuyos índices y metodologías dieron resultados confiables en los últimos años. La mayoría pidió no ser nombrado dado que falta una semana para que termine el mes, y quieren hablar con los datos cerrados. Pero sobre la base de los que procesaron hasta ayer estiman que el aumento generalizado de precios tiene un piso de 4 %, lo mismo que febrero de 2002, cuando la Convertibilidad llevaba más de un mes muerta tras la devaluación que impuso Eduardo Duhalde.
Del grupo consultado, el más optimista fue Orlando Ferreres, de OJF y Asociados, que estima que el dato cerrará entre 3,8 y 4,5%. La mayoría se vuelca por entre 4,5 y 5%. Las cifras muestran que se duplicará fácilmente la suba de febrero del año pasado. Uno afirmó que este febrero puede superar los cinco puntos respecto de enero. “Todavía no estamos sufriendo en su totalidad los efectos de la devaluación en los precios”, justificó su estimación.“Recién ahora se observa parte del efecto de la devaluación, y su impacto hará que este mes cierre con una inflación superior a la de enero pasado”, explicó Diego Giacomini, de Economía y Regiones.
“Ya pasó el ajuste más intenso despues del movimiento del tipo de cambio (entre 1,5 y 2% semanal), pero aún nos mantenemos en niveles incómodamente altos, en el orden del 1% en ese mismo período. Febrero podría terminar con una inflacion récord en el orden del 4,5 al 5%”, explicó otro economista jefe. Los primeros efectos de la devaluación explican una parte del salto inflacionario de este mes, que es multicausal. Ferreres destaca que además de que el 85% de los componentes de los autos es importado y que los productos electrónicos de consumo sufrieron el primer golpe del salto del tipo de cambio oficial, los precios también suben por la baja del volumen de ventas de las empresas que, mientras se expandía, podían no trasladarles a los clientes los costos financieros. “Ahora, con la suba de las tasas de interés, la empresa que le pedía prestado al banco para pagar los sueldos, mientras esperaba cobrarles a sus clientes, debe pagar 32% de interés, cuando antes lo hacía al 14%. Ese aumento del costo financiero también influye”, explicó Ferreres.
El análisis de los economistas coincide con las expectativas de la población: la encuesta de 1.200 casos con la que la Universidad Di Tella mide la expectativa que los argentinos tienen sobre cuánto subirán los precios en los próximos doce meses dio el resultado más alto desde que se realiza ese estudio, al promediar 35% este mes, contra el 30% de enero.
Las altas expectativas tienen su correlato en el consumo. Este mes, cuando se consultó a los encuestados para elaborar el Indice de Confianza del Consumidor, sobre sus intenciones de compra, la medición arrojó la mayor caída desde que se elabora el índice: un negativo 23,4% con respecto a enero. Respecto de febrero de 2013, la caída fue del 29,7%.
El salto inflacionario que debilita el poder de compra de los salarios se produce en la apertura de las paritarias y en una época en que las brechas sociales se agrandan. La diferencia de ingresos entre los trabajadores de distintas regiones del país se amplió en 2013. Entre el decil más rico y el más pobre es de 63,2 veces, según la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.