Por Guillermo Alamino
Hace pocos días, el gobierno venezolano decidió quitarle el permiso a la cadena de noticias estadounidense CNN para transmitir desde ese país, por incitar la violencia y al golpismo. Las críticas del anti chavismo no se hicieron esperar y lo calificaron como una “censura”, olvidando la peligrosidad del llamado “efecto CNN” que tergiversa los hechos ocurridos en diversas naciones, para justificar las acciones planetarias ejecutadas por Estados Unidos.
Justamente la CNN ha sido el tanque mediático del imperio, cuya función en las guerras del Golfo y la de Irak fue fundamental para captar la opinión pública. Así las acciones bélicas eran televisadas en vivo y en directo, los grandes demonios del mundo estaban encarnados en Bin Laden y Sadam Hussein, e Irak era el cuarto ejército del planeta después de Estados Unidos, la URSS y el Reino Unido. Las fotografías de civiles o soldados fallecidos eran ocultadas, ya que podrían despertar la conciencia ciudadana tal como sucedió con la invasión a Vietnan, repudiado por la sociedad mundial de entonces. La batalla ideológica debía ganarse manipulando las representaciones imaginarias del público y, de este modo, la democracia no significaría mayor participación popular en los asuntos públicos sino que, contrariamente, mayores gastos en las carreras armamentísticas e intervención en los “países dictatoriales”, con “el fin de proteger o instaurar la democracia” (que significa preservar los intereses de los EEUU). Cabe destacar que prácticamente todas las dictaduras genocidas de los 70 en Latinoamérica e incluso gobiernos establecidos por Golpes de Estados Parlamentario como el que aconteció en Paraguay en el año 2012, han contado con el fervoroso apoyo de EEUU.
A través de la información continua la CNN transmite los acontecimientos en tiempo real, logrando que el público pueda percibir las emociones que emana la noticia . Thierry Meyssan, intelectual francés e integrante de la Red Voltaire, expresó que “en el modelo CNN, la información no es una herramienta de conocimiento, sino un espectáculo”. A su vez otro artículo de la misma organización afirma que este medio “es un instrumento de justificación de una política que se decide en la cúpula… En 1999, la CNN martillaba los slogans más increíbles de la administración Bush sobre el llamado cuarto ejército del mundo: el de Irak. Instalaba, a pedido del general Colin L. Powell, sus cámaras a bordo de los bombarderos de la US Air Force, mantenía un equipo en Bagdad para dar la impresión que los civiles no tenían nada que temer de los “bombardeos quirúrgicos”.
Las imágenes televisadas del bastión de ofensiva simbólica de los yanquis, son manejadas y muchas veces ni siquiera evidencian la fuente de sus noticias. Por ejemplo al poco tiempo que se había producido el ataque a las Torres Gemelas, la CNN ya aseguraba que el atentado había sido planificado por Bin Laden, sin comprobar esos datos. El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel considera que “los medios de comunicación corporativos y multinacionales como CNN, FOX y los de Europa, manipulan información y difunden propaganda de guerra en nombre de la paz, y odio en nombre de la libertad. Su negocio es demostrar que son fundamentales para poder destituir a cualquier presidente, y así recibir mejores pagos del Departamento de Estado Norteamericano. Pero los latinoamericanos ya sabemos que son un actor político más, que defienden los intereses privados y de las grandes potencias, con juegos de mentiras que provocan la suspensión de las conciencias”. Los intereses que movilizan al golpismo en Venezuela son las de las transnacionales del petróleo y las necesidades de EEUU de tener este recurso natural bajo su control.
Los grandes conglomerados informativos responden a las estructura que lo sustenta, así como en la actualidad tanto Clarín como los grupos comunicacionales K son sostenidos por la banca financieras y los pooles de siembra, justificando el saqueo y la fuga de capitales generada por la deuda odiosa. El coloniaje no se ajusta en las falacias, si lo hace financieramente con el pueblo.
Así cuando los países hegemónicos rechazan o imponen barreras a nuestra América, es contemplado como algo natural y consentido por el mundo entero( ya sea a través del desprecio a los inmigrantes hispanoamericanos o los muros levantados por EEUU en las frontera con México), mientras que si un país sudamericano o en vías de desarrollo limita el acceso del imperio con el propósito de resguradar su autonomía, es demonizado y visto como una dictadura porque, según los liberales, “la democracia es seguir las ordenes del imperialismo”. En fin, el pensamiento colonial no puede imaginar que un estado Latinoamericano tome decisiones independientes, sin la aprobación y las ataduras de los países centrales.