Los funcionarios de la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE), que colaboraban con el fiscal suspendido, José María Campagnoli, fueron desalojados de sus oficinas. Estaban locos, querían investigar al presunto palo blanco de Néstor.
El equipo que colaboraba con el fiscal suspendido José María Campagnoli en la investigación por supuestas maniobras de lavado de dinero del empresario kirchnerista Lázaro El Laburante Báez fue "desalojado" de sus oficinas y enviado a trabajar al archivo de la fiscalía de instrucción de los barrios Saavedra y Núñez. Según consignó el diario Clarín, los integrantes de la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE), que colaboraron con Campagnoli en la investigación contra Báez, fueron notificados hoy sobre el cambio del lugar de trabajo.
Tras la suspensión de Campagnoli, la fiscalía de instrucción de los barrios Saavedra y Núñez quedó a cargo de las fiscales Claudia Katok y Cristina Caamaño, designadas por la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. En diciembre pasado, el Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público suspendió a Campagnoli, cuestionado por Gils Carbó, por su actuación durante la investigación contra Báez. Días atrás, la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal rechazó por unanimidad el planteo de inconstitucionalidad que hizo Campagnoli contra su suspensión en el cargo y el envío a un jurado de enjuiciamiento que podría destituirlo.
Campagnoli está suspendido en su cargo hasta que el Tribunal de Enjuiciamiento de Fiscales realice el juicio político en su contra -tiene plazo para llevarlo a cabo hasta junio- en el que deberá resolver si lo destituye o lo repone en el cargo. El fiscal está acusado de mal desempeño por, según la denuncia, haber modificado el objeto procesal de una causa en la que Báez pasó de denunciante a investigado con un llamado a indagatoria por extorsión que no se concretó.