Por cada preso el estado invierte unos $ 4600 mensuales. En el año 2000 habían 38.000 presos en Argentina. En el 2013 ya eran más de 61.000. En el país, cada 100.000 habitantes hay 150 en la cárcel. Por cada preso, el Estado invierte unos $ 4600 mensuales. Aumentó la cantidad de detenidos pero el crimen y la inseguridad no disminuyeron.
La mayoría de las cárceles están superpobladas, en pésimo estado, y son inseguras. Traducido a cifras internacionales, lo que el Servicio Penitenciaro Federal (SPF) gasta en todo concepto por cada preso equivale a U$S 17.862 anuales. La reciente y masiva huelga de hambre de 14.000 reclusos de cárceles bonaerenses puso en foco, otra vez, la crisis penitenciaria argentina, con unidades superpobladas y derruidas, y presos que, por la mora judicial en la resolución de sus casos, cumplen virtuales condenas anticipadas en prisión preventiva.
El Estado y las provincias disponen anualmente de inmensas partidas presupuestarias para sostener ese sistema. El gobierno nacional destina unos 4600 pesos por mes por cada uno de los 9510 presos que tiene a su guarda en las unidades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) en todo el país. Esa es la cifra que surge de dividir por la cantidad de internos el presupuesto total anual del servicio: 530 millones de pesos, que comprenden salarios del personal penitenciario en actividad y retirado, traslados de detenidos, medicamentos, mantenimiento de cárceles y fondos para la construcción de nuevos centros de detención. En el Ministerio de Justicia de la Nación –del que depende el SPF– sostienen que el costo promedio por recluso federal es de 14.400 pesos por año, es decir, 1200 pesos por mes, pero sólo en concepto de comida y alojamiento.
Traducido a cifras internacionales, lo que el SPF gasta en todo concepto por cada preso equivale a 17.862 dólares anuales. A modo de comparación, en Estados Unidos, uno de los cuatro países con mayor población carcelaria del mundo, el mantenimiento de cada uno de sus 2,2 millones de presos le cuesta 27.300 dólares por año al gobierno federal. Su presupuesto anual penitenciario es de 60.000 millones de dólares.
De hecho, entre el 60 y el 70 por ciento del presupuesto del servicio corresponde al pago de salarios y jubilaciones del personal penitenciario. Si se toma como base que cada preso "cuesta" 14.400 pesos, el presupuesto para alojamiento y comida llega a casi 137 millones de pesos. Entre los factores que influyen en los costos figuran la relación entre la cantidad de presos y los agentes penitenciarios. El SPF tiene 9510 presos alojados en sus distintas unidades federales, y cuenta con 9000 guardias, lo que representa una relación de un agente por preso. De su presupuesto sale también el pago de las remuneraciones de 9500 agentes retirados.
De los 540.123.000 pesos del presupuesto anual del SPB, 427 millones se gastan en sueldos del personal penitenciario, y 56 millones, en alimentos. Esto significa que el gobierno bonaerense gasta 1866 pesos por año, o 155 por mes, en dar de comer a 24.600 reclusos y a 5000 agentes. La policía bonaerense mantiene en los calabozos de sus comisarías a 4000 presos. Es, virtualmente, el cuarto servicio penitenciario del país. Con algunas comisarías superpobladas, en las que los presos incluso han debido turnarse para dormir por la falta de espacio, la manutención de los detenidos resulta mucho más barata. El Ministerio de Seguridad provincial no tiene un presupuesto específico para la alimentación de los presos. En la mayoría de los casos, sus familiares deben llevarles la comida. Sólo en algunas comisarías los presos comen lo mismo que los policías.