Por Laura Ávila
El feminismo fue el primer movimiento político que revindicó los derechos de las mujeres. Quienes participaron en la Revolución francesa eran madres, esposas, hijas, que organizaron mitines, cafeés literarios, marchas e insurrecciones sociales junto con los hombres contra la monarquía de Luis XVI. Al final del proceso fueron discriminadas por su capacidad política, social y participativa; y terminaron en el cadalzo. La mayor paradoja de la historia vino de la mano de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En San Juan empezó el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres se ha teñido de incongruencias, etiquetamientos y sospechas; pretendiendo deslegitimar la lucha contra la desigualdad de los sexos que llevada al extremo termina en femicidio. Sorprende enterarse que entre las principales denostadoras de este encuentro sea una familiar del Caso Luluaga, víctima fatal de esta opresión, que difunde esta animadversión a través de los medios de comunicación.
Para rescatar la verdadera historia, cabe mencionar que este movimiento nace a partir de la Revolución francesa (1789), para plantear como objetivo central la consecución de la igualdad jurídica y de las libertades y derechos políticos, pero pronto surgió la gran contradicción que marcó la lucha del primer feminismo. Estos derechos no afectaron a la mujer.
En la Revolución francesa, la voz de las mujeres empezó a expresarse de manera colectiva. En este contexto, Mary Wollstonecraft (Inglaterra) escribe la obra Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792); en ella hace un alegato contra la exclusión de las mujeres del campo de bienes y derechos que diseña la teoría política rousseauniana.
Tampoco tuvo mucho más eco la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, redactada por Olimpia de Gouges (1791). Olimpia de Gouges denunciaba que la revolución había olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador. El Código Civil napoleónico (1804), negó a las mujeres los derechos civiles reconocidos para los hombres e impuso leyes discriminatorias como definir al hogar ámbito exclusivo de las mujeres. Se instituyó un derecho civil homogéneo en el cual las mujeres eran consideradas menores de edad; esto es: hijas o madres en poder de sus padres, esposos e incluso hijos. Así comienza la historia del feminismo.