Por Guillermo Torraga
El 30 de octubre de 1983 finalizaba una de las etapas mas negras del país, dejando lugar al período más largo de democracia que se haya dado en la Argentina.
Más allá de avances y retrocesos, durante 30 años elegimos libremente a nuestros gobiernos. Pero esto hubiese sido difícil de conseguir si el hombre de la transición democrática no hubiese sido un demócrata convencido y un gran estadista. Y en eso el pueblo no se equivoco eligiendo para esa dura tarea al mejor hombre que la podía llevar a cabo, y en esos momentos difíciles del país que surge la figura del Dr Raúl Alfonsin. Quien un día como hoy se imponía con el 52 % de los votos, siendo la primera derrota electoral del peronismo.
Durante un largo tiempo me dedique a estudiar como se lo veía a Alfonsin los países de América y escribí el libro “Raúl Alfonsin Su fallecimiento en los diarios de América”. Voy a destacar en este artículo parte de lo escrito en varios países sobre el 30 de octubre de 1983. El Mercurio de Chile decía “Anoche murió en Buenos Aires Raúl Alfonsín, primer Presidente argentino tras la dictadura” Destacando que no fue simplemente un presidente Argentino sino el primero post dictadura, una cuestión que todavía en nuestro país muchos no entienden asi como las dificultades que trae terminar con 50 años de gobiernos militares y convertir al país en uno democrático. Otros titulares destacables en chile dijeron : “Un hombre al que le tocó enfrentar una compleja transición” “La muerte de Alfonsín también impacta a Chile”. En este artículo del diario La Nacion de Chile se publico este párrafo “Alfonsín representó en 1983 el anhelo de libertades públicas de un pueblo que había sufrido siete años de una dictadura ominosa que sumó la escalofriante cifra de 30 mil desaparecidos.
Su profunda vocación democrática, así como la de su partido, lograron romper el clivaje que definió la situación argentina en el siglo XX: la alternancia traumática entre gobiernos civiles y militares. Es por esta razón que en todos los análisis se ha subrayado que, legítimamente, Alfonsín puede ser considerado el padre de la democracia trasandina, un sistema que ha cumplido 25 años de vigencia y que ha logrado procesar graves turbulencias políticas sin llegar al quiebre institucional”
En Colombia se destaco que fue un demócrata, o el último político de raza y entre otros titulares podemos rescatar estos “Murió de cáncer Raúl Alfonsín, primer jefe de Estado elegido tras la última dictadura en Argentina” “Falleció Raúl Alfonsín, líder del regreso a la democracia Impulsó juicios a los cabecillas de la última dictadura (1976-1983)”. En Costa Rica el ex presidente Óscar Arias decía “Sabíamos también que la democracia sólo puede nacer del pueblo que la necesita. Una a una, las naciones latinoamericanas tenían que encontrar su propio camino hacia la libertad. Por eso celebramos la victoria en las urnas del ex presidente Alfonsín, porque sabíamos que con él se ponía punto final al último párrafo de la opresión en Argentina, y confiábamos en que ésa podía ser la primera gota de una cascada en las naciones vecinas.
Lúcida esperanza. Tuvimos razón en albergar la esperanza. Toda Latinoamérica se sumó a la consigna de “Nunca Más” con que Ernesto Sábato bautizara, célebremente, el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. País a país, año con año, fueron cayendo las autocracias, y la libertad fue asomándose tímidamente en los rincones.
Hoy que América continental es democrática en su totalidad, tenemos una deuda que agradecerle al pueblo argentino y, en particular, al ex presidente Alfonsín, por el ejemplo de perdón, justicia y reconstrucción que entonces nos brindaron.
Costa Rica le debe también gratitud por su valiente apoyo al Plan de Paz centroamericano. Cuando la región se desangraba en el enfrentamiento civil, y las potencias del orbe se cernían sobre nosotros instigándonos a pelear, el Presidente Alfonsín fue una figura fundamental en lograr el respaldo suramericano a los Acuerdos de Esquipulas. Yo tuve el honor de conocerlo algunos años antes, cuando en diciembre de 1983 acudí a su toma de posesión, en mi calidad de secretario general del Partido Liberación Nacional. Luego él supo devolvernos la cortesía, al visitar Costa Rica para ser testigo del traspaso de poderes de mi primera Administración, en mayo de 1986.
Jamás podré olvidar cómo, en aquella ocasión, nos sorprendió a todos bailando tangos al lado del ex presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti.
Hoy que Raúl Alfonsín hace su tránsito hacia el reino de la memoria, quise recordar estas anécdotas, que relatan un poco el impacto que este gran argentino tuvo en la vida del resto de América Latina. En nombre de mi pueblo, quiero recordarle al pueblo argentino que Costa Rica no olvida a sus amigos, ni a sus compañeros de lucha. Con ustedes lloraremos a sus muertos, porque en vida se ganaron ese derecho.
Como en el tango de Aníbal Troilo, la vida de Alfonsín termina la función, “corriéndole un telón al corazón”. No olvidaremos su obra ni su pensamiento”
En Brasil Lula da silva decía: “Toda Sudamérica ha perdido a un gran constructor de la democracia”
En Mexico se destaco “Adiós emotivo y masivo al “padre” de la democracia argentina” “Murió Raúl Alfonsín, restaurador de la democracia en Argentina”. En Nicaragua se lo destacaba por haber sentado a los militares en el banquillo y se destaca este párrafo Tres hechos definen la personalidad y la trayectoria de este abogado y político radical, que ganó las elecciones en 1983, cuando tenía 56 años, y que tuvo que hacerse cargo de un país arrasado económica y moralmente.
En plena dictadura militar, Alfonsín ayudó a fundar la Asamblea Permanente en Defensa de los Derechos Humanos, y se hizo cargo de multitud de casos de desaparecidos. Él fue también uno de los poquísimos políticos argentinos que en 1982, en medio de la euforia general por la “recuperación” de las Malvinas, se negó a participar en un acto “patriótico” organizado por los militares en las islas. Para él, aquella guerra fue “una aventura demencial”.
La comisión
de Sábato
Recién elegido Presidente de la República (eran las primeras elecciones celebradas después de la muerte del general Perón, en 1974, y de los casi ocho años de dictadura), Alfonsín puso en marcha una Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, presidida por el escritor Ernesto Sábato, que elaboró el impresionante informe “Nunca Más”.
Gracias a aquel trabajo, el Presidente de Argentina, en un hecho inédito no sólo en América Latina, sino también en el resto del mundo, acusó formalmente a quince altos mandos de las Fuerzas Armadas por los crímenes cometidos. Los integrantes de la Junta Militar recibieron cadena perpetua. Era la primera vez que los responsables de un golpe militar no se iban tranquilamente a sus casas, a disfrutar de sus pensiones y rapiñas.
Asesinos
desempleados
La operación de limpieza de las terribles Fuerzas Armadas no pudo proseguir en otros niveles, porque, sometido a una intensa presión y a dos rebeliones (los carapintadas), Alfonsín se vio obligado a dictar la muy criticada Ley de Punto Final y de Obediencia Debida, que dejó en la calle a decenas de oficiales de menor rango, igualmente asesinos.
Hay mucho mas pero se haría muy largo y creo que se puede demostrar con estos pocos titulares y párrafos cual fue la visión que tuvo America de los sucesos de octubre de 1983 y sus implicancias tanto nacionales como americanas.
Mirá acá el discurso de cierre de camapaña de Raúl Alfonsín frente al Obelisco de Buenos Aires.