El Gordo es amigo personal del gobernador y negoció con el intendente de Tigre un pacto de no agresión. Samid fundó con el gobernador la quinta con chancha de fútbol denominada La Ñata, un humilde espacio donde se juntan a jugar con políticos y empresarios.
La pelea entre Daniel Scioli y Sergio Massa parecía no tener retorno luego de la negociación trunca por las listas electorales en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, después de una escalada verbal entre dirigentes sciolistas y massistas, fue el propio gobernador el que decidió declarar un alto el fuego e iniciar una tregua. Para mediar, apareció un actor inesperado y cercano a ambos mandatarios: Alberto Samid. El empresario de la carne pasa varias de sus horas en la casa de Scioli en Villa La Ñata, Tigre. Pero diez días atrás, en su paso por ese distrito, aprovechó para visitar a Massa en la Municipalidad.
“Hasta hace algunas semanas estábamos todos juntos. Somos amigos, y Scioli y Massa son amigos. Como peronista yo hablo con todos, les digo que tenemos que estar todos juntos porque si nos peleamos entre nosotros nos comen los de afuera”, contó Samid. El empresario conoció a Scioli en su juventud, cuando el gobernador jugaba al tenis en el club Estudiantil Porteño de Ramos Mejía. Samid aparecía allí cuando el mandatario debía jugar torneos contra otros clubes. “Nosotros éramos los pesados del barrio, y cada vez que había un partido duro y tenía que jugar Daniel, estábamos para aguantar el partido”, recordó.
Samid pasó de ser su protector a compartir largas noches jugando al ajedrez con Scioli y fundar juntos el Villa La Ñata Fútbol Club. “Con Alberto jugamos al ajedrez, hablamos del campo, del consumo en su carnicería, además es apasionadamente peronista, pero yo no tengo consejeros políticos”, explicó Scioli a este medio. Antes de cerrar las listas que finalizaron con la candidatura del intendente de Tigre por fuera del oficialismo, Samid ya se había convertido en el principal interlocutor entre Scioli y Massa. Había compartido las reuniones en las que negociaban competir juntos, y hasta anotaba en una libreta propia los nombres del acuerdo trunco. Tras el cierre de listas y la pelea electoral en la que Scioli tomó protagonismo con el Frente para la Victoria, “el Rey de la Carne” mantuvo conversaciones con Massa y hace diez días llevó personalmente el mensaje de paz que el intendente por ahora aceptó, pero que podría romperse en octubre, en plena pelea por los votos definitorios.
Los intercolutores habituales entre el sciolismo y el massismo ya no hablan entre sí. Varios intendentes que responden a Sergio Massa no sólo tenían diálogo con ministros y legisladores de Daniel Scioli sino que también compartían una amistad. Sin embargo, las charlas políticas se terminaron. Uno de estos ejemplos es el del jefe comunal de San Miguel, Joaquín de la Torre, quien para no romper la amistad dejó de hablar de política con el diputado sciolista Iván Budassi. Tampoco hablan más el alcalde de Olavarría, José Eseverri, con el ministro de Producción, Martín Ferré. En cambio, algunos legisladores del gobernador como Guido Lorenzino, a quien mandaban a criticar a Massa, enviaba por privado mensajes de paz disculpándose por cumplir órdenes.