Francisco envió una misiva al presidente ruso, quien encabeza la cumbre de G-20 desde hoy. Además exigió que "no queden indiferentes" ante la guerra civil en ese país.
A través de una carta que envió al presidente ruso, Vladimir Putin, el papa Francisco pidió a los líderes que a partir de hoy se reúnen en la cumbre del G-20 en Rusia que "no queden indiferentes" ante la guerra civil en Siria y volvió a pedir que "abandonen cualquier pretensión de una solución militar" en el país.
"A los líderes de los Estados miembros del G-20 les pido que no queden indiferentes ante el drama que vive desde hace tanto tiempo la querida población siria", escribió el papa argentino en la carta.
En consonancia con sus pronunciaciones al respecto en los últimos días, el Papa realiza un llamamiento a estos países "para que ayuden a encontrar las vías para superar los diferentes enfrentamientos y abandonen cualquier pretensión de una solución militar". Francisco consideró que aunque el encuentro del G-20 tiene un carácter principalmente económico, los líderes de estos países no podrán evitar "reflexionar sobre la situación en Medio Oriente y en Siria".
"Desgraciadamente, duele constatar que demasiados intereses han prevalecido desde que comenzó el conflicto en Siria, impidiendo encontrar una solución que evitase la inútil masacre a la que estamos asistiendo", añade el papa en su misiva, en un nuevo llamado al diálogo y consenso. Jorge Bergoglio instó a los 20 jefes de Estado que se reúnen hoy y mañana en San Petersburgo a "perseguir con coraje y determinación, una solución pacífica mediante el diálogo y la negociación entre las partes involucradas con el apoyo de toda la comunidad internacional".
Asimismo, recordó a los Gobiernos "el deber moral" de favorecer cualquier iniciativa "para promover la asistencia humanitaria de todos aquellos que están sufriendo a causa del conflicto tanto fuera como dentro del país".
En la carta, el obispo de Roma también recordó a los países reunidos en Rusia que los conflictos armados "crean divisiones profundas, que necesitan muchos años para curarse" así como "las guerras constituyen el rechazo práctico a comprometerse para ligar las grandes metas económicas y sociales que la comunidad internacional pretende alcanzar como, por ejemplo, los llamados Objetivos del Milenio".