Por Ernesto Simón
El País Diario pasó una noche en Urgencia del Hospital Rawson para contar cómo se vive desde adentro una guardia. El alcohol, los accidentes de tránsito y la violencia son una combinación letal que arroja pacientes graves e incomoda a quienes deben trabajar en situaciones extremas. Los datos son alarmantes. Cada cuatro meses mueren 45 personas por siniestros viales. Se calcula que 8 de cada 10 accidentes fueron protagonizados por motos. “Muchos no llegan al hospital”, explica el doctor Sánchez Moraguez, Jefe de Urgencias del Rawson. ¿Un ministro de área más ocupado en sus negocios particulares?
Sábado a la noche en la guardia del Hospital Rawson: casi es la hora 22. En apariencia todo está tranquilo. El Servicio de Urgencias está en la parte vieja. Se entra por calle General Paz. Algunos médicos y enfermeras se toman unos minutos y van a cenar al comedor, que está en la parte nueva. Los demás atienden lo poco que hay. “Parece que va a ser una noche tranquila”, comenta el agente de seguridad parado en la entrada. Pero no. El correr de las horas evidenciará que, de ninguna manera, será así. El País Diario se metió una noche completa en la guardia de Urgencia del Hospita Rawson.
Desde adentro mostramos cómo es el trabajo en ese lugar a donde cada noche los pacientes llegan heridos, doloridos, a veces al borde de la muerte. Para el personal que trabaja a diario en esa parte del hospital, las jornadas son casi todas iguales. Salvo algunas noches fatales en las que parece que los accidentes se multiplican exponencialmente. Todos coinciden en que la fusión letal está compuesta de tres elementos: motos, alcohol y violencia.
Motos más alcohol
Uno de los traumatólogos comenta que “de los politraumatizados que ingresan por accidentes de tránsito, al menos el 80 por ciento tuvo un siniestro en moto”, y agrega que el otro 20 por ciento fueron choques “en autos, en bicicletas o fueron peatones atropellados”. Otro de los médicos aporta un dato que preocupa: “de todos los accidentes viales que llegan, en el 50 por ciento de los casos los protagonistas ingresan alcoholizados”. La conversación se corta raudamente, empiezan a llegar ambulancias con pacientes.
Faltan boxes y camillas
“Anoche ingresaron cuatro chicos que venían en un auto”, comenta alguien de la guardia. “Parece que no vieron una curva y pasaron de largo”, agrega. De los cuatro, todavía hay dos que están en terapia intensiva. Un médico comenta que “hay momentos del fin de semana en que te quedás sin boxes en Urgencia”. El sábado pasó algo de eso. Uno de los pacientes estuvo sentado esperando ser atendido. Otro directamente se acostó en el suelo.
Una chica de unos 30 años está postrada en una camilla del box número 7. Acaba de caerse de una moto. El casco voló porque no iba prendido. Ella dice que frenó y la moto se corrió. Los profesionales le diagnostican “fractura de rodilla”. Por lo pronto sólo recibirá un yeso en la pierna derecha. A los 15 minutos llega otra mujer. Tendrá sus 35 años. También tuvo un accidente en su moto. Le dicen que tiene “fractura de tibia” y algo más grave: “traumatismo de cráneo”. Es que iba sin casco. “Otro yeso”, dice el médico y además ordena una tomografía. El doctor comenta entre dientes: “empezó a moverse el asunto, abrí bien el ojo”.
Un chico de 14 años está esperando que lo anestesien y lo duerman para acomodarle el brazo. Tiene una fractura. Es uno de los pocos que no ha protagonizado un accidente vial. Se cayó de un caballo. En un rato estará dormido, lo enyesarán y podrá volver a su casa. “No quiero ver cuando se lo acomoden”, dice la madre impresionada y sale para afuera.
Urgencias en números
Urgencias tiene 7 boxes con una camilla cada uno. Dos de esos 7 boxes se llaman shock room, y se usan para estabilizar al paciente. Por su parte, Traumatología, que está en la sala contigua, tiene apenas 3 camillas. En ambas salas los boxes están divididos por cortinas de lona azul. En los de urgencia ingresan los que van llegando. De ahí se siguen las normas ATLS, que es un protocolo internacional para el paciente traumatizado. Se los deriva a cirugía, o si la lesión es menor, se ordena una placa radiográfica.
Violencia alarmante
Si bien la mayoría de los que ingresan a atenderse o son traídos en ambulancia lo hacen por haber sufrido siniestros de tránsito, también llegan otra clase de pacientes que van desde los que padecen violencia familiar hasta los que se torcieron un tobillo jugando al fútbol o los que recibieron un golpe en una riña callejera. Todos son atendidos según las prioridades y la gravedad del caso. Tensión y adrenalina en una noche que es difícil imaginar desde afuera. “Es común que lleguen casos de mujeres y niños golpeados”, explica una enfermera.
Cerca de la una de la madrugada, una madre entra a la urgencia con su bebita de 6 meses. La madre está bien, pero la nena ha sido golpeada por su padre, aparentemente alcoholizado. La derivan al tomógrafo. No ha parado de llorar desde que entró. Al rato, el médico mira el estudio e informa: “traumatismo de cráneo”. Ahora todos muestran cara de amargura mezclada con impotencia. Es el momento más difícil de la noche. Pero no hay tiempo para la reflexión: los accidentados siguen llegando y los boxes están ya, a esta hora, todos ocupados.
“Muchas veces llegan alcoholizados y nos patean las puertas para que los atendamos rápido”, cuenta uno de los traumatólogos. Una radióloga cuenta que una vez llegó un hombre que había golpeado a su mujer. Como no lo dejaban pasar, “me tomó del cuello y me puso contra una pared”, relata con angustia. “Suerte que acá está el policía permanente. Se lo llevó detenido”. Es habitual, dicen varios de la guardia, que algunos que ingresan alcoholizados intenten golpear a los médicos o enfermeras.
Heridos en la madrugada
Ya son las 4 de la mañana. Una pareja en moto acaba de chocar contra otra moto. Una de las mujeres está bastante mal. Los médicos van de un lado al otro. Desde que pasó la hora 22, no han parado de atender. Las enfermeras también están a mal traer con tanto trabajo. Todos hacen lo imposible para dar respuesta a los reclamos de los pacientes que llegan doloridos, heridos, algunos inconcientes. La noche seguirá así hasta la madrugada. Recién al amanecer se ira apaciguando el ritmo crítico que impone el vaivén de los accidentes de tránsito. Hoy la sociedad debate acerca de la necesidad de tomar medidas de prevención urgentes. Muchos concluyen en que mientras eso no suceda, seguirán siendo movidas las noches en la guardia del hospital.
Accidentes y traumatismos
Entre 30 o 40 accidentados ingresan por día la guardia del Rawson, sobre todo los días viernes y sábados. Casi todos son provocados por accidentes en motos. De los accidentados, más de la mitad ha injerido alcohol. Entre las patologías que pueden verse en la guardia del Rawson, las que predominan son: traumatismo de cráneo, le sigue traumatismo de miembros y finalmente los traumatismos abdominales y pectorales.
El Dato
150 son los pares de placas que se hacen por noche en Urgencias del Rawson. Cada par de placas cuesta aproximadamente unos 120 pesos.
Números que asustan
>> 7 de cada 10 accidentes de tránsito fueron protagonizados por motos durante este año.
>> 45 son los muertos en accidentes de tránsito cada cuatro meses.
>> 100.000 son las motos que circulan en San Juan.
>> 300.000 es el número al que se llega si se suman los automóviles y las motos que tiene la provincia.
Cristóbal Sánchez Moraguez
Director del Servicio de Urgencias del Hospital Rawson.
“Tenemos un fallecido cada dos días
y medio”
- Respecto a la problemática de los accidentes de tránsito, ¿cómo está hoy la situación?
- Este año cumplo 35 años en el Servicio de Urgencia. Nos alarma el aumento paulatino que se va produciendo año a año. Los accidentes son cada vez más graves. Las lesiones de moderadas pasan a graves. Hay más muertes. Tenemos un fallecido cada dos días y medio por esta causa.
- ¿En cuánto tiene que ver el alcohol en los accidentes?
- Es uno de los elementos más importantes. Hay muertes que se producen sin la participación de un tercero, sino que se producen por la persona que maneja con un porcentaje de alcohol altísimo y que pierde sus reflejos y no tiene conciencia de la velocidad.
- ¿El fin de semana aumenta la accidentología?
- Los días de mayor accidentología son viernes en la noche, sábado en la tarde y en la noche y domingos en la madrugada. Aumentan en las primeras horas de la noche y luego considerablemente en horas de la madrugada, tipo 6 o 7 de la mañana.
- ¿Disminuirían los accidentes si se hicieran los controles en los estacionamientos de los boliches?
- Yo creo que sí. En la provincia se hace controles de alcoholemia pero siempre en el mismo lugar, en avenida Libertador. Ya todo el mundo sabe que por ahí no tiene que pasar.
- ¿A dónde hay que hacer los controles?
- Los controles se debería hacer no sólo en avenida San Martín sino cerca de los locales bailables. Se considera que 0,5 gramos por litro de alcoholemia es normal y se tolera para manejar. Los estudios revelan que con un 0,15 gramos por litro, se aletarga en un 40% la reacción y un 15% disminuye el estado de conciencia para tomar esa decisión, o sea la maniobra.
- ¿Cuánto hay que tomar para tener ese nivel de alcohol en sangre?
- Un vaso de cerveza es suficiente. Recorra el Gran San Juan y se va a dar cuenta que los chicos toman a cualquier hora.
- ¿La lesión es más grave cuando sucede en una moto?
- Lesiones leves son escasas. La mayoría son moderadas a graves, y muchos no llegan al hospital, o llegan en pésimas condiciones. La mayor causa de mortalidad en San Juan en jóvenes hasta 35 años es por accidentes. Tenemos un aumento de la discapacidad en la provincia, muchas de ellas provocadas por accidentes. El Estado invierte 7 pesos en rehabilitación de las personas accidentadas mientras que si se hubiese prevenido, sólo se hubiese gastado 1 peso.
- ¿Está preparado el Servicio de Urgencias para la cantidad de accidentes que hay?
- El Servicio de Urgencias está haciendo refacciones. Nosotros tratamos de brindar calidad y prontitud. Estamos preparados para la atención del accidentado. Vamos a agregar dos consultorios para atender a patologías que no son de urgencia. Se va a implementar el consultorio vespertino, como también lo agregó el Hospital Marcial Quiroga, que aún no tiene neurocirugía ni traumatología.
- ¿Reciben muchas intoxicaciones por ingesta de alcohol?
- Sí, se ven, y lo que más preocupa es la edad de las personas, son cada vez más jóvenes. Estamos recibiendo chicas de 14, 15 y 16 años no sólo con intoxicación etílica, sino por la ingestión de sustancias tóxicas.
- ¿Los padres deben retirar a los chicos que caen al hospital?
- Los padres deben ir a retirar a los chicos, sí. Una vez que atendemos la urgencia de ese menor, lo derivamos al Hospital de Niños porque la ley exige que hasta los 18 años sean atendidos en el Hospital de Niños.
- ¿Cuál es la reacción de los padres cuando vienen a buscar a sus hijos?
- Hemos tenido casos donde nos comunicamos telefónicamente con padres para que vengan a retirar a sus hijos menores de edad y la respuesta es: “Estamos durmiendo, cuando nos levantemos vamos a ir”, y son las 7 de la mañana. A veces las chicas llegan con amnesia parcial: no saben qué tomaron, con quién y dónde estuvieron. Gente que llega en autos, las deposita en la puerta del hospital y ahí quedan.